No, nada más lejos de la verdad. Lo único verdadero de lo anterior es que en la práctica del nudismo, como ya de por sí lo dice su nombre, la persona está desnuda. Pero aunque mucha gente abraza al nudismo como una forma de vida, esto no significa que vayan a hacer las compras sin ropa.
Los nudistas son gente como cualquiera, que en ciertos momentos ven la necesidad de despojarse no solo de las prendas de vestir, sino también de las opresiones. Todas las ropas que usamos sobre nuestro cuerpo son símbolos sociales. Como vivimos en sociedad, las leyes de la convivencia dicen que mejor cubrir ciertas partes del cuerpo al salir a los lugares públicos. Pero esto es así porque nacimos en esta sociedad, y no en otras en donde la desnudez es un hecho común, la desnudez no es un tabú, no es una provocación, ni nada por el estilo.
Muchas personas que se consideran a sí mismas nudistas o naturistas hablan de la libertad como la primera ventaja de la práctica del nudismo. Hablan de la aceptación del propio cuerpo y del cuerpo de los demás, de la normalidad que engendra para el ser humano su propio envase terrenal, y cómo uno se siente mucho más cerca de la naturaleza cuando está desnudo, en estado natural, sin restricciones, sin la formalidad de las opresiones sociales, sin los límites que marcan los ropajes que hombres y mujeres usamos para vivir en sociedad.
Aquellos que practican el nudismo lo hacen en su propia casa, claro está, o quizás en grupos, con personas con las que comparten esta forma de pensar y de ver el mundo, y allí en privado se despojan de sus prendas. Para esto se reúnen en ciertos lugares cerrados, clubes, casas de campo, quintas y aquellos espacios que son creados por organizaciones o grupos que fomentan el nudismo. Entre estos espacios, también se pueden contar, por supuesto, las playas nudistas, que quizás son el nexo más cercano entre el común de la gente y aquellos que ejercen esta actividad al aire libre.
Por supuesto que los nudistas, lamentablemente, tienen que salir a luchar contra ciertas creencias extendidas. Aquel que se desnuda no lo hace para provocar ni lo hace en un momento o en lugar donde desvestirse no se considera apropiado.
No hay promiscuidad ni un sentido sexual en la práctica del nudismo, por eso muchas familias acuden juntas, niños y adultos, se quitan sus ropas, disfrutan de la playa, del día del sol, de juegos en grupo, pero esto es algo que mucha gente no comprende, así que ciertos prejuicios se han extendido con el paso del tiempo, y por eso el naturismo en algunas playas donde el nudismo no está prohibido genera roces, malestar y molesta a los que no están acostumbrados a algo tan simple como vivir de una manera natural y en libertad.