martes, 9 de agosto de 2011

¿Cómo ven swingers y nudistas la infidelidad?



Cómo ven la infidelidad quienes frecuentan estas prácticas. Los swingers aseguran no ser infieles, porque no se mienten; los nudistas enfatizan la diferencia entre desnudarse frente a otros y la actividad sexual.


¿Ser fiel a qué? ¿A uno mismo? ¿Al otro? Aunque haya concepciones socialmente establecidas, no todas las parejas deciden construir su relación sobre los mismos acuerdos. A veces son otras las necesidades que priman y los valores que cada uno instituye en su vida como prioritarios. De este modo, entre los swingers se establece un cambio en las reglas del juego y cada integrante del dúo se permite explorar su sexualidad de un modo distinto al común de la sociedad. Sin embargo, también hay preconceptos respecto a lo que se plantea como distinto. Los nudistas, por ejemplo, separan tajantemente el sexo del estar desnudos en público.

“Para un nudista, que su pareja se desnude entre nudistas no se concibe como infidelidad -explica Florencia Brenner de la Asociación para el Nudismo Naturalista Argentino - ya que la actividad sexual se considera un acto privado e íntimo, mientras que el nudismo es algo social y familiar”. Por eso aclara que “cada pareja tendrá el concepto de fidelidad que tendría si estuviera vestida. Un hombre o una mujer no debería ponerse celoso porque su pareja esté desnuda/o frente a terceros”. Aunque tiendan a confundirse, las prácticas swinguers son ajenas a la concepción del nudismo naturista: “La actividad sexual pertenece a la intimidad de la pareja. Se puede ser nudista naturista y swinger, como se puede ser swinger o exhibicionista sin ser nudista”, manifiesta Brenner.

Para Daniel Bracamonte, editor de la revista swinger Entrenos, la fidelidad se considera en el marco de la verdad: Los swingers no somos infieles porque todo en materia de sexo lo acordamos comunicándonos, sin ocultamientos y lo disfrutamos juntos. Esa filosofía de vida evita la hipocresía, reduce los efectos negativos de los celos y la excesiva posesividad. Por otra parte, nos permite explorar nuestra propia sexualidad en amplitud, descubrir cosas que no imaginábamos poder hacer, y disfrutar, romper tabúes y miedos”, detalla. Sin embargo, destaca que “los códigos son la base del swinger, tanto sea hacia adentro de la pareja como en la relación con otras”. Y quizás esa sea la clave: conocer las opciones para vivir la sexualidad con plenitud, y con respeto hacia el otro tanto como hacia uno mismo.


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