En muchos aspectos considero que no se relaciona, aunque no debemos ser ingenuos sin más ni más.
En primer lugar debemos decir, para quienes no conocen el tema, que los lugares donde se realiza nudismo se caracterizan por dos modos muy discutidos y excluyentes
- grupos y sitios con nudismo opcional
- grupos y sitios con nudismo obligatorio
En el primero se admite la presencia de personas que por cualquier razón permanecen con parte de sus ropas o totalmente vestidos, sin que se les requiera ningún tipo de explicación.
En el segundo lugar no se admiten, salvo que especifiquen sus razones que son aprobadas o no por el grupo.
Me inclino a pensar la argumentación desde dos vertientes, una es la adscripción a la membresía de un grupo, y la otra el control de aspectos personales por parte del grupo.
Desde la primer vertiente, todo grupo define expresa o tácitamente las características específicas de reunión y afinidad de sus miembros, y en el caso del nudismo como práctica corporal es lógico que así se cumpla.
Más en las vicisitudes de la vivencia personal, ninguna carga normativa rígida puede acompasar las necesidades íntegras del intercambio y el compartir socialmente. Obligar a una persona a explicarse o excluirse de un grupo de pertenencia, que pretende la apertura mental y un espacio de socialización natural y sencillo como el nudismo, es a mi modo de ver, grotesco, poco abierto y a veces brutal para las concepciones de libertad, de expresión y de acogimiento amoroso a que aspiro en mis grupos de relación.
Explicarse a un grupo capaz de ejercer la censura y la exclusión acerca de una sensación de frio no tendría connotaciones, pero, pensemos hacerlo ante gente poco conocida y acerca de la intimidad personal propia en que podemos estar atravesando una enfermedad, alteración de la piel, deformidad orgánica, deformidad de la autoimagen, sensibilidad afectiva, indisposición menstrual o cualquier otra cuestión que atañe a la privacidad personalísima del ser humano.
Me parece que es ejercer un acto de violencia psicosocial rayano al despojar forzadamente de sus ropas a una persona en nombre del ideal de grupo.
Los riesgos de malosentendidos, comentarios inoportunos y hasta la prohibición lisa y llana de participación temporal que impone el nudismo obligatorio, me resultan una vuelta atrás al espíritu de tolerancia, aceptación y vuelta al naturalismo que explicité en el devenir histórico de esta práctica dentro de nuestra cultura occidental.
Ningún cambio social ni psicológico profundos devienen por normativas, sino por el generar contextos donde las personas puedan probar nuevos comportamientos gradualmente y recibir aprobación, estima, respeto y legitimidad en el tiempo.
Dada la complejidad que el nudismo tiene en nuestra mentalidad históricamente conformada, y de lo que he hablado en otros apartados, toda persona que se inicia o tantea esta filosofía práctica debe ser recibida con contención y libertad por quienes se han adelantado en ella.
De otro modo me parece que es actuar buscando adeptos y manipulando grupos.
Las objeciones que plantean quienes se inclinan por la obligatoriedad generalmente pasan por sentirse observados y a veces en minoría en los espacios nudistas optativos.
Al respecto he reflexionado mucho, y hoy pienso que en ámbitos privados está muy bien que hayan grupos auto excluyentes con normas de obligatoriedad, más no así para espacios públicos o de convocatoria general o con un fin de cambio y transformación personal.
Pienso también que quien se halla molesto o inhibido por la mirada de los demás, nudistas o no nudistas, puede ser que se esté forzando a estar en un lugar equivocado donde se hace voyerismo – exhibicionismo, o bien está proyectando escenas del Lenguaje Histórico Colectivo de un modo que domina su propia realidad y que lo desafía a sobreponerse a su propio pensamiento narcisista.
Afirmarse con autonomía en la seguridad corporal-emotiva, implica gozarse sin caer preso de los símbolos con los que uno cree que los demás lo miran.
En primer lugar debemos decir, para quienes no conocen el tema, que los lugares donde se realiza nudismo se caracterizan por dos modos muy discutidos y excluyentes
- grupos y sitios con nudismo opcional
- grupos y sitios con nudismo obligatorio
En el primero se admite la presencia de personas que por cualquier razón permanecen con parte de sus ropas o totalmente vestidos, sin que se les requiera ningún tipo de explicación.
En el segundo lugar no se admiten, salvo que especifiquen sus razones que son aprobadas o no por el grupo.
Me inclino a pensar la argumentación desde dos vertientes, una es la adscripción a la membresía de un grupo, y la otra el control de aspectos personales por parte del grupo.
Desde la primer vertiente, todo grupo define expresa o tácitamente las características específicas de reunión y afinidad de sus miembros, y en el caso del nudismo como práctica corporal es lógico que así se cumpla.
Más en las vicisitudes de la vivencia personal, ninguna carga normativa rígida puede acompasar las necesidades íntegras del intercambio y el compartir socialmente. Obligar a una persona a explicarse o excluirse de un grupo de pertenencia, que pretende la apertura mental y un espacio de socialización natural y sencillo como el nudismo, es a mi modo de ver, grotesco, poco abierto y a veces brutal para las concepciones de libertad, de expresión y de acogimiento amoroso a que aspiro en mis grupos de relación.
Explicarse a un grupo capaz de ejercer la censura y la exclusión acerca de una sensación de frio no tendría connotaciones, pero, pensemos hacerlo ante gente poco conocida y acerca de la intimidad personal propia en que podemos estar atravesando una enfermedad, alteración de la piel, deformidad orgánica, deformidad de la autoimagen, sensibilidad afectiva, indisposición menstrual o cualquier otra cuestión que atañe a la privacidad personalísima del ser humano.
Me parece que es ejercer un acto de violencia psicosocial rayano al despojar forzadamente de sus ropas a una persona en nombre del ideal de grupo.
Los riesgos de malosentendidos, comentarios inoportunos y hasta la prohibición lisa y llana de participación temporal que impone el nudismo obligatorio, me resultan una vuelta atrás al espíritu de tolerancia, aceptación y vuelta al naturalismo que explicité en el devenir histórico de esta práctica dentro de nuestra cultura occidental.
Ningún cambio social ni psicológico profundos devienen por normativas, sino por el generar contextos donde las personas puedan probar nuevos comportamientos gradualmente y recibir aprobación, estima, respeto y legitimidad en el tiempo.
Dada la complejidad que el nudismo tiene en nuestra mentalidad históricamente conformada, y de lo que he hablado en otros apartados, toda persona que se inicia o tantea esta filosofía práctica debe ser recibida con contención y libertad por quienes se han adelantado en ella.
De otro modo me parece que es actuar buscando adeptos y manipulando grupos.
Las objeciones que plantean quienes se inclinan por la obligatoriedad generalmente pasan por sentirse observados y a veces en minoría en los espacios nudistas optativos.
Al respecto he reflexionado mucho, y hoy pienso que en ámbitos privados está muy bien que hayan grupos auto excluyentes con normas de obligatoriedad, más no así para espacios públicos o de convocatoria general o con un fin de cambio y transformación personal.
Pienso también que quien se halla molesto o inhibido por la mirada de los demás, nudistas o no nudistas, puede ser que se esté forzando a estar en un lugar equivocado donde se hace voyerismo – exhibicionismo, o bien está proyectando escenas del Lenguaje Histórico Colectivo de un modo que domina su propia realidad y que lo desafía a sobreponerse a su propio pensamiento narcisista.
Afirmarse con autonomía en la seguridad corporal-emotiva, implica gozarse sin caer preso de los símbolos con los que uno cree que los demás lo miran.
1 comentario:
Buenas, quisiera saber cuando sería la proxima reunion?
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